Arlette Contreras: En busca de justicia para ella y para todas las mujeres

Arlette Contreras: En busca de justicia para ella y para todas las mujeres

La exitosa marcha de NI UNA MENOS del sábado 17 de agosto

Vamos despacio, porque vamos lejos, dice Gabriela Wiener, pero es igualmente la visión de todas las que compartimos “NI UNA MENOS”, sin haber firmado una carta de intención, sin haber firmado una carta de asociación, sin pagar cuotas de entrada o de exclusividad.

NI UNA MENOS somos las más de 15 millones de mujeres del país. El cual, es un movimiento social que sin querer queriendo que se está construyendo en el país gracias al esfuerzo de miles de mujeres sobre todo de las jóvenes. Mujeres jóvenes que han visto la violencia de cerca o de lejos como todas nosotras y les espanta ver morir vecinas, amigas, o simplemente enterrarse como el caso de Eydi o ver lo que le sucedió a Arlette.

Menos mal que esas situaciones calaron en miles y miles de mujeres y varones jóvenes y adultos, que hoy, basta que se anuncie un pronunciamiento, para que no se repita acciones dolorosas y la población muestra su indignación.

Los movimientos sociales tienen comienzo con o sin dirigencias y no tienen fin. Desaparecen cuando ya no son necesarios. Pueden durar mucho, y  su fuerza está en impactar con sus demandas al país, a sus autoridades que en su ofuscación de ser nombradas, se alteran y hacen su mea culpa, o simplemente señalan que “yo no fui”.

El sábado 17 estuvo la ministra de la mujer, Gloria Montenegro como integrante de NI UNA MENOS con su equipo de trabajo para vivenciar el sentir de las mujeres de todas las edades y de diferentes ámbitos sociales. Estuvieron delante de ella, las madres de las mujeres muertas hablando, contándole sus penas.

A lo mejor en otra próxima marcha  participa el o la fiscal de la nación, algún juez o jueza. ¿Algo cambiará esto? Si, algo cambiará. Se busca que los operadores de justicia que se laven el cerebro a partir de los gritos de la marcha y se sientan como humanos ( padres , madres o familiares) que también sus hijas o familiares podrían pasar por feminicidio o maltratos, o a lo mejor ya son maltratadas pero no lo dicen por resistencia machista o falsa vergüenza social.

Se busca que la indefensión de las mujeres sea tomada en cuenta en las estructuras del poder judicial: “Que se haga justicia”. Algo va cambiando con tantas voces, con tantos pasos y tantos gritos de justicia exigidos por mujeres jóvenes abanderadas de soluciones jurídicas sino igualmente por cambio de la estructura del sistema actual altamente patriarcal. Estas mujeres de la marcha son visionarias de nuevos mundos.

La corta marcha de NI UNA MENOS, estuvo protegida por hileras de policías resguardando cada paso. ¿Por qué? Algunos hombres que miraban la marcha me indicaron “para que nadie las insulte”. Primera vez que veo una movilización acordonada de un sin número de policías. Buscando el meollo del asunto creo que fue  por la asistencia de una representante política del gobierno actual: la ministra de la mujer.

Elogioso gesto. La ministra Montenegro es un caso especial, se está jugando todo en favor de los derechos de la mujer de todo el país. Es un caso especial, y anoche rompiendo todos los protocolos, escucho a todas las madres y familiares e hijas de quienes sufrieron el feminicidio, así como también a Arlette Contreras, quien sufre todos los sinsabores burocráticos de la justicia actual y/o de operadores de justicia que solo dejan sospechas de posibles coimas y fraudes a favor del tan mentado Adriano Pozo, “perseguido por la justicia”, “fugado de manos de la justicia”: vergüenza nacional.

Zoila Hernández Aguilar

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