El presidente de la Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología (SPOG), Alfredo Celis López, sostuvo que en los casos de aborto terapéutico, la madre no tiene el deseo de interrumpir su embarazo, sino que es una necesidad de hacerlo, ante el peligro que corre su vida, indicando que cerca de 50 mujeres fallecen anualmente por no tener esa alternativa de salud.
El galeno explicó que la característica de una mujer que se somete a un aborto terapéutico es que la misma no quiere interrumpir su embarazo, sino que se ve obligada a realizarlo, diferenciando entre un aborto criminal y uno terapéutico, efectuándose él primero en lugares clandestinos y con retribución monetaria; y el último solo en centros hospitalarios y sin ganar dinero.
Celis López manifestó que la Iglesia Católica tiene temor de que posteriormente, detrás del aborto terapéutico, se despenalicen todos los abortos y se efectúen sin problemas; pero esto «es un supuestos infundado», añadió.
Por esta razón, pidió a la Conferencia Episcopal dialogar con la SPOG para compartir y acceder a información actual y real del problema, porque los canales de comunicación entre ambos no son los adecuados, pues «Al igual que la Iglesia, la comunidad científica defiende la vida», precisó.
El médico dijo que los 50 fallecimientos anuales de mujeres que no se hicieron un aborto terapéutico representa el 0.01% de los 400 mil abortos clandestinos que se hacen en el país, «cifra que debe preocupar mucho», resaltó.
Finalmente, recordó que el aborto terapéutico solo se aplica si la madre lo decide y si una junta médica conformada por especialistas, determina que el embarazo debe interrumpirse, porque de lo contrario, lo más probable es que se pierda no solo una vida sino dos.
