Niña víctima de violación sufre acoso y abandono policial

En el asentamiento humano José María Arguedas de Ventanilla, ‘M’, de 13 años, vive en la casa contigua a la de su presunto violador. Sergio Alva Gutiérrez tiene 33 años y es sobrino del padrastro de la niña, cercanía que aprovechó para empezar a acosarla.

Elvira Montalván, mamá de ‘M’, descubrió lo ocurrido por unos mensajes que su hija recibía por Whatsapp. En ellos, Sergio Alva le decía a la niña que la quería, le preguntaba dónde estaba y con quién estaba. Finalmente, ‘M’ le reveló a su madre que Sergio la había forzado a tener relaciones sexuales dos veces.

Desde que la violación ocurrió, ‘M’ tiene pesadillas, no quiere salir a la calle, llora y evita entrar al cuarto donde fue agredida. Tiene miedo de regresar a clases, de lo que dirán sus compañeros, de cómo la miran sus vecinos.

Sergio Alva Gutiérrez, acusado de violar a una niña de 13 años

A inicios de este año, Elvira fue junto a su hija a la comisaría Villa Los Reyes para presentar la denuncia . Allí un policía trató de hacerla desistir. «Me dijo cuatro veces ‘¿Está segura de que lo va a denunciar? Es sobrino de su esposo, yo quiero que lo piense bien’… como diciendo que yo voy a pasar vergüenza», señaló Elvira.

‘M’ estaba presente y escuchó ese diálogo. «Me dijo ‘¿Ves, mamá? Es por las puras, yo siento que no va a pasar nada’», cuenta Elvira que le reclamó su hija.

Pero Elvira Montalván les dijo a los policías que si no le hacían caso, llamaría a la prensa. «Se han asustado, pensaban que estaba grabando todo con mi celular», indicó.

Elvira y ‘M’ lograron presentar denuncia el 9 de enero, luego de que la menor pasara por el médico legista. Tras ese paso inicial, empezaron las represalias. Por más de un mes, tanto la menor de 13 años como su mamá recibieron insultos y amenazas de la familia de Sergio Alva, que vive en la casa de al lado.

La denuncia es investigada por la Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer de Ventanilla. Esta semana, la menor de 13 años pasó por la cámara Gessel. Dicho ambiente está dividido en dos espacios: en uno la niña es entrevistada, mientras los abogados, familiares y fiscales permanecen del otro lado. Mientras tanto, Sergio Alva sigue en libertad y continúa su vida con normalidad, al lado de la casa de la niña que lo acusa de violación.

Elvira Montalván acusa al sobrino de su esposo de violar a su hija. Desde que denunció, ella y su hija han sufrido hostigamiento.

De espaldas a la víctima

No es la primera vez que un agente de la Policía Nacional del Perú (PNP) pone trabas al momento de presentar una denuncia por violencia de género. En el caso de la activista Solsiret Rodríguez, el policía que se negó a recibir la denuncia de su desaparición fue expulsado casi cuatro años después, cuando el crimen se hizo mediático.

Wayka consultó al mayor de la PNP, Dany Lozano, de la comisaría Villa Los Reyes, por la identidad del policía que quiso disuadir a la mamá de ‘M’ de denunciar. Sin embargo, Lozano indicó que no podía darnos esa información a menos que su jefatura lo autorizara.

Pero la PNP no es la única institución del Estado que ha desalentado a Elvira Montalván en la búsqueda de justicia para su hija. El 13 de enero, la Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer de Ventanilla abrió investigación preliminar del caso y el último 25 de febrero, la mamá de ‘M’ acudió por fin a declarar.

«Mostré en Fiscalía los mensajes de Whatsapp y me dicen ‘Señora, yo no veo acá que ella ha sido violada, no veo que ha sido ultrajada’. Me dicen que no es una violación, que ella ha querido», denuncia la mamá de ‘M’. Así, la Fiscalía le repitió el mismo argumento que usa la familia del investigado Sergio Alva.

Elvira narra que desde que presentó la denuncia, las hermanas mayores del presunto violador han ido a su casa para insultar a su hija, acusándola de que fue la niña quien quiso tener relaciones sexuales y que Sergio Alva no es culpable. «Dicen que ella lo ha provocado a él, que ella ha sido la que le ha estado provocando, que él es hombre».

Pero las leyes peruanas son claras al respecto: las relaciones sexuales voluntarias o consentidas existen a partir de los 14 años. De otra forma, se trata de una violación. Y de acuerdo al Código Penal, la violación a menores de 14 años tiene condena de cadena perpetua.

La mamá de ‘M’ revela también que la familia del acusado le ofreció dinero para que retirase la denuncia. «Lo único que hice es llorar de cólera. Aunque no tengo plata, aunque no tengo nada, yo voy a seguir hasta el último».

La policía llega tarde

El colectivo Madres en Acción realizó esta semana un plantón en apoyo a ‘M’. Este grupo decidió apoyar la denuncia de la niña de 13 años, y convocó a esta acción por redes sociales. Así, no sorprende que el martes, policías de la comisaría Villa Los Reyes se acercaran -ahora sí- a querer conversar. Esto sucedió justo cuando un equipo de Wayka había llegado para entrevistar a la familia de ‘M’.

«Ya he tomado conocimiento de su situación, quería de una u otra manera brindarles el apoyo», le dijo el mayor de la PNP, Dany Lozano. Luego, le aseguró a la mamá de ‘M’ que iban a investigar qué policía quiso desanimarla de denunciar, pero se negaron a darle el nombre de dicho policía.

Elvira confirma que la PNP ofreció darle resguardo y envió un patrullero este último miércoles. Después de ese día, no lo ha vuelto a ver.

La respuesta de la Policía Nacional llegó más de un mes después de la denuncia por violación, lo que expuso a la víctima y su familia por semanas. Quienes sí apoyaron a ‘M’ en el camino fueron el Centro de Emergencia Mujer y la Casa de la Mujer de Ventanilla.

La mamá de ‘M’ está decidida a seguir adelante. «Yo tengo que creerle a mi hija. A veces hay caminos que te desalientan, pero tengo que demostrarle a mis hijos que diciendo la verdad se va a poder todo».


Lucero Ascarza
Wayka.pe https://wayka.pe/nina-victima-de-violacion-sufre-acoso-y-abandono-policial/