El discurso completo de Emma Watson ante la ONU

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LOS DERECHOS DE MUJERES Y NIÑAS

Reproducimos el discurso íntegro que la embajadora de buena voluntad ante la ONU Emma Watson (1990) pronunció el 22 de septiembre en la sede las Naciones Unidas. En él, la actriz recalca el papel fundamental de los hombres para conseguir una igualdad de sexos, aún muy lejana

Discurso:

Hoy lanzamos la campaña HeForShe. Me dirijo a ustedes porque necesito su ayuda. Debemos intentar movilizar al mayor número posible de hombres y jóvenes para que sean defensores del cambio. No sólo queremos hablar de ello. Queremos intentarlo y asegurarnos de que es tangible.

Me nombraron Embajadora de buena voluntad de la ONU por los derechos de las mujeres hace seis meses. Cuanto más hablaba de feminismo, más me daba cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres se ha convertido demasiado a menudo en un sinónimo de odio contra los hombres. Si hay algo que sé con certeza es que esto tiene que finalizar. Para que conste, el feminismo por definición es la creencia de que los hombres y los mujeres deberían tener igualdad de derechos y oportunidades. Esta es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos.

Cuando tenía ocho años, me llamaron mandona porque quería dirigir una obra de teatro que habíamos organizado para nuestros padres. Cuando tenía 14 años, empecé a ser sexualizada en los medios de comunicación. A los 15, mis amigas comenzaron a dejar los equipos de deporte porque no querían parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones no podían expresar sus sentimientos.

Decidí que era feminista. A mí no me resultó complicado, pero mis investigaciones han mostrado que el feminismo se ha convertido en una palabra poco popular. Las mujeres están eligiendo no ser identificadas como feministas. Aparentemente, esa expresión es percibida como demasiado fuerte, muy agresiva, aisladora, anti-hombre, e incluso poco atractiva.

¿Por qué esta palabra se ha hecho tan incómoda? Es un derecho que me paguen lo mismo que a mis compañeros hombres. Es un derecho que pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo. Pienso que es un derecho que las mujeres estén involucradas por mí en las políticas y decisiones que afectarán mi vida. Creo que es un derecho que socialmente, se me ofrezca el mismo respeto que a los hombres.

Pero, tristemente, puedo decir que no hay ni un solo país en el mundo en el que las mujeres puedan esperar estos derechos. Ningún país del mundo puede decir todavía haber conseguido la igualdad de géneros. Estos derechos están considerados como derechos humanos pero soy una de las afortunadas.

Mi vida es un privilegio porque mis padres no me quisieron menos porque ser una niña. En mi colegio no me pusieron límites por ser una niña. Mis profesores no asumieron que llegaría menos lejos porque daría a luz a un hijo algún día. Estas influencias son las embajadoras de igualdad de género que me han hecho lo que soy ahora. Pueden no saberlo pero son las feministas involuntarias que necesita el mundo hoy. Necesitamos más de ellas.

Si siguen odiando la palabra, no es la palabra lo que es importante. Es la idea y la ambición que hay detrás de ello, porque no todas las mujeres han recibido los mismos derechos que yo. De hecho, siguiendo las estadísticas, muy pocas lo han conseguido.

En 1997, Hillary Clinton [entonces esposa de Bill Clinton, presidente de los EEUU] hizo un famoso discurso en Pekín sobre los derechos de las mujeres. Por desgracias, muchas de las cosas que ella quería cambiar siguen existiendo hoy en día. Lo que me llamó la atención es que menos del 30% de la audiencia eran hombres. ¿Cómo podemos lograr el cambio en el mundo cuando sólo la mitad está invitada o se le recibe para participar en la conversación?

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Hombres, me gustaría aprovechar esta oportunidad para extenderles una invitación formal. La igualdad de géneros es su cuestión también. Porque hasta la fecha, he visto el papel de mi padre poco valorado por la sociedad. He visto a hombres jóvenes sufrir enfermedades mentales, siendo incapaces de pedir ayuda por miedo a que ello les haga menos hombres. De hecho, en el Reino Unido el suicidio es la mayor causa de muerte de los hombres entre 20 y 49 años, eclipsando los accidentes de tráfico, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. He visto a hombres sentirse frágiles e inseguros por lo que se considera éxito masculino. Los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.

No hablamos muy a menudo de los hombres siendo presos de estereotipos de géneros pero puedo ver que existen. Cuando sean libres, las cosas cambiarán para las mujeres como consecuencia natural. Si los hombres no necesitan ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se verán obligadas a ser sumisas. Si los hombres no necesitan controlar, las mujeres no tendrán que ser controladas.

Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser fuertes. Es hora de que veamos los géneros como un espectro en lugar de dos ideales opuestos. Deberíamos dejar de definirnos por lo que no somos y empezar a definirnos por lo que somos. Podemos ser más libres y esto es de lo que trata HeForShe. Es sobre la libertad. Quiero que los hombres acepten la tarea para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan ser libres de prejuicios pero también que sus hijos tengan el permiso de ser vulnerables y humanos también que reclamen partes de ellos que habían abandonado, y con ello, sean una versión más verdadera y completa de ellos mismos.

Podréis pensar: ¿Quién es esta chica de Harry Potter? ¿Qué hace en la ONU? Yo también me lo he estado preguntando a mí misma. Todo lo que sé es que me preocupa este problema y que quiero mejorarlo. Y habiendo visto lo que he visto, y teniendo esta oportunidad, siento que es mi responsabilidad decir algo. El estadista Edmund Burke dijo que todo lo que necesita para que triunfen las fuerzas del mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada.

Mientras me ponía nerviosa por este discurso y me asaltaban las dudas, me decía a mi misma con seguridad: «Si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?» Si les asaltan dudas cuando una oportunidad se presenta a ustedes, espero que estas palabras los ayuden. Porque la realidad es que si no hacemos nada, nos llevará 75 ó 100 años antes de que las mujeres puedan esperar recibir el mismo sueldo que los hombres por el mismo trabajo. 15,5 millones de niñas se casarán siendo niñas durante los próximos 16 años. Y al paso que vamos, no será hasta 2086 cuando todas las niñas africanas de zonas rurales puedan tener educación secundaria.

Si crees en la igualdad, puedes ser una de las feministas involuntarias de las que hablaba anteriormente y las aplaudiré. Debemos luchar por un mundo unido, y la buena noticia es que tenemos una plataforma. Se llama HeForShe. Los invito a dar el paso, ser vistos y preguntaros: si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo? Gracias».

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Fuente: Gonzoo.com

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Mujer y Sociedad
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